Con toda la admiración que le provocan los hombres de corte clásico, los guerreros poetas, al Doctor Patán el valleinclanazo de Epigmenio, ese Julio César, ese Medici de las narco series, le pareció poco afortunado.

Al compañero Epigmenio le está lloviendo en redes por culpa de su propensión intelectual. Cuando a doña Xóchitl se le ocurrió pincharse un dedo para hacer un juramento de sangre, a los seres humanos del común se nos ocurrieron cosas muy diversas. “Espero que la aguja esté desinfectada”, por ejemplo, fue lo primero que pensó el Doctor Patán, por una cuestión de deformación profesional. Ya saben: el rollo hipocrático.

A los de corte más fóbico, tal vez lo que se les fue a la cabeza fue algo como “Iugh”. A la mayoría, algo igual de sencillo, de mundano, como: “Ahora sí se pasó la Xóchitl”. Solo a Epigmenio, una especie de guerrero-intelectual tipo emperador romano, o tal vez de gran señor renacentista, uno de esos mecenas florentinos que lo mismo empuñaban la espada que patrocinaban a un dramaturgo, se le ocurrió que el alfileretazo tiene un je ne sais quoi de Valle-Inclán. De “esperpento”, así dijo en el noti de Ciro, mientras le daba tragos al café.

Con toda la admiración que le provocan los hombres de corte clásico, los guerreros poetas, al Doctor Patán el valleinclanazo de Epigmenio, ese Julio César, ese Medici de las narco series, le pareció poco afortunado. Compañero Ibarra: tal vez tendría que echarle una revisadita a la obra de don Ramón.

No solo porque estuvo medio forzada la etiqueta, incluso digamos que un poco simplona, sino porque a don Valle, recordará, de pronto le gustaba mirar con sorna gallega –con retranca, como dicen por allá– a los dictadores con gustos excéntricos.

No abramos ese flanco, camarada. Da miedo pensar lo que hubiera hecho el manco de Arosa con ciertas flaquezas de nuestro líder. No sé: con lo de los detentes. O con lo de pegarle mordiscos a las niñas en plena pandemia.

O con lo de gritar “¡Fuchi caca!” como arma contra la delincuencia. O con lo de meterle una lanita a crear la competencia de Twitter. (No recuerdo el nombre de aquella red social tristemente fallida, la verdad. ¿”ChaireX”?).

En fin, supongo que me explico, compañero. Lo de Tirano Banderas sería un juego de niños. Así que ojo con las referencias literarias, para decirlo en una palabra.

Una sugerencia: agarre una partecita de los ciento y no sé cuántos millones que le prestó el Pueblo Bueno y páguese unos cursos de literatura de los que luego dan las universidades. Descanse un par de meses, refuerce esa cultura libresca y de paso permita que el coxis termine de recuperarse del sentón en el AIFA. Es por el bien del movimiento.

 Ahora: si lo del esperpento estuvo dudoso, la referencia a las SS estuvo para llorar, se lo digo desde los principios de la fraternidad universal. Compañero: las analogías con el nazismo son uno de los síntomas inequívocos de ramplonería intelectual. No está a la altura de su estatus de humanista old school. Por lo demás, un abrazo solidario.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

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